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Chistes de vascos

Chiste de internacionales, buenos, largos

Tres hombres, un catalán, un vasco y un madrileño, se perdieron en la selva y fueron capturados por unos caníbales.

El rey de los caníbales le dijo a los prisioneros que podían salvar sus vidas si lograban pasar una prueba que contenía dos partes: La primera parte de la prueba, era volver a la selva y conseguir diez unidades de una misma fruta. Entonces cada uno de los tres hombres tomó su camino a la selva para encontrar las frutas. El Vasco regresó y le dijo al rey:

- Me llamo Patxi, yo traje 10 manzanas.

El rey le explicó la segunda parte de la prueba:

- Ahora tienes que meterte por el recto cada una de las frutas. ¡Sin poner ninguna expresión en la cara, o te comemos!

La primera manzana entró, pero con la segunda, el vasco se retorció de dolor, por lo que inmediatamente lo mataron.

El catalán llegó y le mostró al rey diez cerezas. Cuando el rey le explicó la segunda parte de la prueba, el hombre pensó que sería tarea muy fácil, entonces
empezó:
1.. 2.. 3.. 4.. 5.. 6.. 7.. 8.. 9 y justo en la novena cereza, soltó una carcajada y lo mataron.
El vasco y el catalán se encontraron en el cielo, y el vasco le preguntó al otro:
- Oye Pere, ¿y usted porque soltó la carcajada, si ya casi lo había logrado?
A lo que el catalán le contesta:
- No pude evitarlo, es que vi al madrileño, llegando con PIÑAS!

Tags: catalanes, madrileños, vascos

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Otros chistes

Chiste de animales, largos, buenos

Manuel recibió un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, con una muy mala actitud y vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota, así como siempre de muy mal genio. Manuel trató desde el primer día de corregir la actitud del loro, diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño. Llegó un día en que Manuel perdió la paciencia y gritó al loro, el cual se puso más grosero aún, hasta que en un momento de desesperación, Manuel puso al loro en el congelador.
Por un par de minutos aún pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el compartimento, hasta que de pronto todo fue silencio. Luego de un rato, Manuel arrepentido y temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta del congelador. El loro salió y con mucha calma dió un paso al hombro de Manuel y dijo:
- Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido mis disculpas y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.
Manuel estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó:
- Te puedo preguntar, ¿Qué fue lo que hizo el pollo?

Tags: loros, palabras

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Chiste de malos, animales

Caperucita Roja fue a visitar a su abuelita sin saber que el lobo ya había dado buena cuenta de ella...
- Abuelita, qué ojos tan grandes tienes.
- Es para verte mejor.
Nuevamente, Caperucita mira a su abuelita y dice:
- Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.
- Es para escucharte mejor.
Caperucita vuelve a insistir:
- Abuelita, qué nariz tan grande tienes.
- Es para olerte mejor.
Caperucita vuelve a la carga:
- Abuelita, qué boca tan grande tienes.
- ¿A qué viniste?, ¿a visitarme o a criticarme?

Tags: cuentos, lobos

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