Lectora compulsiva
Chiste de verdes
-Puri, ¿ya te has leÃdo "50 sombras de Grey"?
-Enterito.
-¿Y el Ãndice?
-Destrozado.
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Chiste de verdes
-Puri, ¿ya te has leÃdo "50 sombras de Grey"?
-Enterito.
-¿Y el Ãndice?
-Destrozado.
Chiste de cortos, malos, restaurantes, camareros, animales
En un restaurante:
– Camarero, camarero, ¿tiene usted ancas de rana?
– SÃ, señor.
– Bueno, pues brinque hasta la cocina y tráigame mi filete, por favor.
Chiste de cortos, malos, verdes
- ¡Te digo que tu novio no entra en casa si no se pone los pantalones!
- Lo siento, Tarzán, lo nuestro es imposible: mamá se opone.
- Y para terminar la entrevista..., dÃgame cuáles son sus hobbies preferidos.
- Bilbo, Frodo y Samsagaz.
- Ring, ring, ring
- ¿Hola?
- Muy buenas ¿llamo al uno-uno-uno-uno-uno-uno ?
- No, este es el once-once-once.
Chiste de ladrones, cortos, buenos
Como era Navidad el juez prometió ser piadoso. Le pregunta a un acusado:
- ¿De qué se le acusa?
De haber hecho mis compras navideñas con anticipación.
- Hombre, pero eso no es un delito, ¿Con cuánta anticipación las compró usted?
- Antes que abrieran la tienda.
Chiste de amigos, ancianos, verdes
Un viejo le dice a otro:
-Cuando yo era joven, en Madrid habÃa una de esas que cobra por hora a la que apodaban Cibeles.
-¿Por qué la apodaban as�
-Porque era bonita como una diosa,frÃa como una piedra y se tiraba a los leones-
.-FrÃa serÃa, pero a ti seguro que te calentó.
-Calentó, calentó. ¡Vaya si me calentó!
-¿Cuándo fue eso?
-Cuando le dije que no tenÃa dinero para pagarle el polvete que le echara.
- MÃre, jefe, como ayer llegué tarde le he traÃdo esta botella de vino, pero no sé cómo se lo va a tomar.
- ¡Ah, muy bien! Le agradezco, Manolo. A ver, a ver, pero ¡esta botella no se puede abrir!
- Eso le decÃa, que no sé cómo se lo va a tomar.
Un camillero mientras lleva al paciente camino del quirófano:
- Pero ¿por qué tiembla usted tanto?
- Es que he oÃdo que la enfermera decÃa que la operación de apendicitis es muy sencilla y que no habÃa por qué estar nervioso y que todo iba a salir bien.
- Pues claro, todo eso se lo dijo para tranquilizarle porque es verdad.
- No, no, si es que no me lo decÃa a mi, sino al cirujano!
- Papá, ¿cuántas anclas tiene un barco?
- Once
- ¿Estás seguro?
- Claro, nunca has oÃdo eso de: "Eleven anclas"?
- Ah si, es verdad. Gracias Papi!
El presidente de la compañÃa entra a su limousina y ve que han contratado a un chofer nuevo.
- ¡Bienvenido a la compañÃa! -le dice, - ¿cómo se llama usted?
- Carlos, señor.
Muy serio, el ejecutivo insiste:
- Yo no acostumbro a llamar a mis empleados por el nombre de pila, sino por el apellido, ¿cuál es su nombre completo?
- Me llamo Carlos Cielo Querido.
- Bueno... vamos al aeropuerto, Carlos...