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En Lepe sólo hay dos personas que se dedican a la mudanza y son hermanos. Un dÃa iba uno de ellos con un armario muy grande a hombros y uno del pueblo le dice:
- Pero, ¿no te ayuda tu hermano?
- SÃ, mi hermano está dentro sujetando las perchas.
Chiste de buenos, largos, matrimonios, infidelidad
Un individuo está trabajando toda su vida para comprarse un seiscientos de segunda mano.
El dÃa que se lo dan llega a casa diciendo:
- Ya lo tenemos MarÃa, lo tengo abajo aparcado- salen los dos al balcón y dice - mÃralo MarÃa es el blanco.
Y mientras lo están mirando un individuo les está abriendo la puerta.
- Que nos lo roban MarÃa, que nos lo roban
Entran para adentro agarran el armario de la habitación entre los dos, lo sacan al balcón y se lo tiran al tÃo encima. Lo matan.
Se celebra el juicio y el hombre es condenado a muerte.
Sube al cielo y lo recibe San Pedro:
- Dios os guarde,
- Dios os guarde, también, usted dirá
- Mire Pedro yo estuve trabajando toda mi vida como un
desgraciado para poder comprarme un seiscientos de segunda mano y el dÃa que lo estaba viendo con mi mujer, un sinvergüenza me lo estaba robando, no pude por menos de coger un armario y tirárselo a la cabeza.
- ¡Caray! No te preocupes hijo pasa para adentro.
Al rato, otro que sube para el cielo, lo recibe San Pedro,
- Dios os guarde,
- Dios os guarde también, usted dirá
- Mire Pedro yo estuve trabajando toda la noche y al dÃa siguiente, cuando salÃ, salà tan cansado que en vez de abrir mi coche, me equivoqué y estaba abriendo otro coche cuando me tiraron un armario en la cabeza
- ¡Caray! Hijo pasa, pasa.
Al rato otro que sube para arriba,
- Dios os guarde
- Dios os guarde, usted dirá
- Mire Pedro, yo me entendÃa con una casada, ¿sabe?, estábamos los dos en la cama y llamaron a la puerta, y ella me dijo ¡mi marido, métete en el armario! Y ya no recuerdo nada más...
El hijo a su padre:
- Papá, papá, tengo muy buenas noticias para ti. ¿Recuerdas que me prometiste cincuenta euros si aprobaba el curso? Pues alégrate, porque te vas a ahorrar ese dinero.
Chiste de Jaimito, niños, buenos, profesores
Estamos en Septiembre y han comenzado de nuevo las clases. Una maestra, delicada ella, trata de que a los niños no les resulte muy traumática la vuelta al cole y saca el tema de las vacaciones.
- Y ahora me váis a hacer un dictado de las frases que yo ponga en la pizarra, corrigiendo las falta que yo ponga. Escribe en la pizarra: ‘En estas vacaciones me he havurrido mucho’.
- A ver Jaimito, ¿qué faltas ves tú?
- Te faltó un novio, seguro -, contesta.
Chiste de cortos, malos, ancianos
Estos son dos ancianos hablando, y de repente uno le pregunta al otro:
- ¿Cuántos años tienes?
Y le contesta:
- Ochenta y pico
Entonces el otro le dice:
- Pues yo tengo ochenta y tres y no pico entre horas.
En Lepe sólo hay dos personas que se dedican a la mudanza y son hermanos. Un dÃa iba uno de ellos con un armario muy grande a hombros y uno del pueblo le dice:
- Pero, ¿no te ayuda tu hermano?
- SÃ, mi hermano está dentro sujetando las perchas.
Un niño que le grita a su padre.
- ¡¡¡ Papá, Papá, los mosquitos no me dejan dormir, me están picando !!!.
- A lo que el padre responde:
- Bueno hijo, apaga la luz y duerme...
El niño apaga la luz cuando de pronto entra en su habitación una luciérnaga y el niño grita de nuevo:
-¡¡¡ Papá, ahora me están buscando con linterna!!!.
Chiste de malos
-¿Esta es la Asociación de Preguntones?
-SÃ, ¿por qué?
-¿Por qué, qué?
-¡Qué crack! ¿Pasa?
-No sé. ¿Paso?
-¿Eh?
-¿Eh?
Chiste de cortos, malos, niños
- ¿Cómo se escribe? ¿Durmiendo o dormiendo?
- Pos ninguna de las dos: se escribe despierto.
- Mamá, mamá, ¿por qué papá es calvo?
- Pues porque piensa mucho y es muy inteligente.
- Y, tú mamá, ¿por qué tienes tanto pelo?
- Anda, acábate el desayuno y deja de preguntar tonterÃas.
-Hola guapa, ¿cómo te llamas?
- Maria de Los Angeles, ¿y tu?
- Pedro, de New York
Chiste de borrachos, matrimonios
Esto es un borracho que se encuentra con un amigo por la calle y le dice:
- Oye, ¿sabes qué? Ayer llegué a casa borracho a las doce de la noche y mi mujer me dio un cacerolazo por cada campanada.
- ¿Y has aprendido la lección?
- SÃ, ¡a partir de ahora llegaré a la una, que duele menos!